Evidentemente, no seremos conscientes de lo que significará dejar para otros, un trámite que nos puede ocupar unos minutos y costar muy poco, pero las consecuencias económicas para nuestros futuros herederos pueden ser mucho más elevadas.
En el ámbito interpretativo de la herencia, algunos de los que queden fuera del reparto o entiendan tener más derechos sobre la misma, podría forzarlos a iniciar incluso reclamaciones judiciales al respecto.
El testamento, como documento de últimas voluntades, será tenido en cuenta para realizar el reparto de bienes entre nuestros herederos legítimos y aquellos que elijamos, además de los primeros. No realizar este trámite, obligará a que la masa hereditaria sea repartida conforme a criterios legales exclusivamente y no de última voluntad del testador.